lunes, 14 de mayo de 2012

Les premières dames (y otras políticas)

Siempre me han fascinado las mujeres francesas. Es verdad que es un tópico absurdo que siempre les precede eso de lo sensuales y mentalmente abiertas (mentalmeeeente, enfermos) que son. Pero para mí, es indudable que disfrutan de un glamour (vocablo galo) que otras ya quisiéramos.


Y no es por subestimar a las mujeres españolas. Ni a ninguna. Pero creo que aún no hemos cogido el puntillo a eso de ir con zapato bajo y un foulard a la compra, y tan "chic". No, todavía eso no se nos da bien del todo...


El porqué de este post viene de lejos. Hace tiempo ya, con las primeras primarias (¡uy, qué trabalenguas más tonto!) de Sarkozy, allá por el año 2.008, me llamó la ateción su rival: Segolene RoyaleY que nadie se me escandalice, porque todo el rato voy a estar haciendo juicios exclusivamente sobre el aspecto físico. Que está muy a la vista y no es pecado.



Segolene me encantó. Me pareció una mujer de mediana edad francamente atractiva. Es verdad que la elegancia no es su punto fuerte, sobre todo si la comparamos con otras, pero no me digáis que no tiene un aspecto de mujer fuerte y vulnerable a la vez. Podemos apreciar en Internet cómo su aspecto ha ido mejorando (asesorada, desde luego) con los años. Pero aún así, sigue pareciéndome que desprende frescura y no es tan artificial como otras mujeres dedicadas a la política.



Arreglá pero informal. ¡Perfecta!
El caso es que perdió aquellas primarias. Y no sólo eso. Su vida en pareja durante más de 20 años con François Hollande, y con 4 churumbeles en común, se vino a pique. La pintilla de Hollande en su día también llamó mi atención. Este hombre, a mi modo de ver, podría pasar perfectamente por ser el churrero del barrio si le quitas la corbata. Y sin embargo había dejado escapar a la sonriente y dulce Segolene ¡por una aventura! Venga, fijo que se lo inventó para no quedar como ese hombre calvo y cincuentón abandonado... Pero no.
No he sido mala y he cogido una foto de "señor interesante que piensa cosas profundísimas".
Aún así, no, no es ningún Adonis.
Bien. Después de Segolene, Cécilia llegó a mi vida. Cuando Sarkozy fue investido y ví a esa pedazo de señora a su lado, sacándole media cabeza y mirándolo con esos ojos más de gato que de mujer, pensé "poco jinete para tanta jaca". 


Aquí donde me veis he sido portada de Elle y la Pronto. Casi ná.


De hecho, y ya después de su separación, se supo que su relación matrimonial ya durante la campaña estaba rota, pero decidieron hacer el paripé al menos hasta la toma de poder de Nicolás. Y así fué. Cécilia no duró en el Elíseo ni dos telediarios. A las pocas semanas ya había puesto pies en polvorosa. Y fue un pena. Ésta es una de las historias de amor más románticas que he escuchado en política. Sarkozy casó a Cécilia con su primer marido cuando era alcalde de París. Parece que las parejas tenían cierta amistad, hasta que ambos se enamoraron. Y ella se operó la nariz. Pero da igual, Jackie Kennedy tampoco era bella. Y a interesante no le gana ninguna. ¡Y qué estilazo, por Dior!


Después llego Bruni. Es verdad que muchos la conocíamos ya por aquello de las pasarelas y bla, bla, bla. Nunca fue de mis favoritas, pero oye, mona es un rato. Carla Bruni es, para mí, una de esas mujeres que pasarían desapercibida si no fuera porque la tenemos en las revistas día sí, día también. No encuentro en ella ese glamour que veo en Cécilia, ni esa naturalidad aniñada y un poco torpe de Segolene. No obstante, tiene un cuerpo 10 y ha sido la única en procrear mientras ha durado el mandato de su cónyuge. Creo que tiene cierto mérito teniendo en cuenta que ese embarazo, prenda a prenda, va a ser criticado, alabado, y meticulosamente vivido por cada señora aburrida que esté interesada en estos menesteres. Son unas cuantas.
Éste lo pedí prestado a Loreto Valverde después de "Noche de Fiesta". Y tan  bien que me queda.
Es guapa, sí, pero... ese peinado... ¡uf! Que Romina Power ya hubo una. Y sus vestidos de gala tienen un aire viejuno. Casi parece que se le vayan cayendo las bolas de naftalina a su paso. Sin embargo eso no ha sido motivo suficiente para que los "Diez Minutos" de media Europa suspiren cada vez que se ponía una horquilla. Y seamos sinceros, tampoco está tan mal.


Pero es que ahora, ¡qué trajín para la Vogue!, tenemos nueva primera dama en Francia. Ella es Valérie Trierweiler (este nombre me va a costar recordarlo tres pares de narices), la nueva compañera sentimental de Hollande. Sí, sí, el anti-sexy ex marido de Segolene. Mirad qué pedazo de melena tan ondulada luce esta señora. Si lo hace ella con sus propias tenacillas, que le den un Ministerio pero ya.
No seré yo quien afirme que es la más guapa o la más joven. Pero sin tener la sofisticación de Cécilia, la edad de Carla, ni la sonrisa de Segolene, al final ha sido ella quien se ha llevado el gato al agua y será la Lulú, oui c'est moi de París esta legislatura. Y su estilo sencillo, en plan cara lavada, junto con sus curvilíneas formas (y no me refiero sólo a la melena), le dan una presencia que ya quisieran muchas.


Sí, ya me han dicho que aquí me parezco a Toni Collette.
¿Y qué pasa? Yo a François le veo su puntito. 

¡Vive la République de la France!

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5 comentarios:

  1. Qué quieres que te diga, mon amour, me quedo con la Bruni con los ojos cerrados.

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  2. A mí me pasa al contrario, todas me parecen señoras estupendas, independientemente de la edad que tengan.

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  3. La última no está mal, sobre todo teniendo en cuenta cómo son (físicamente) ellos, ¿no? Por lo que he leído, la cosa se resume en Sarkozy y Hollande (la vida misma). Y para mí, que ya se pueden dar con un canto en los dientes.

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  4. Yo cierro los ojos y que me hablen... El resto me da igual, advierto que me pasa algo parecido con las argentinas... :D

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  5. Es verdad es que todas estas señoras dan mil vueltas a sus maridos. Los políticos es que están muy de capa caída en lo que a sex appeal se refiere...

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