miércoles, 11 de abril de 2012

Uno de esos días

Me juego el cuello a que todo el mundo sabe a qué tipo de días me refiero. Ya cuando eres consciente de que perteneces al género femenino te hueles que tú vas a vivir más de días de estos que nuestros compañeros de partida que son los tíos. Ya lo dicen los estudios que elaboran las personas que son más listas que los demás: las mujeres somos una bomba de relojería en cuestiones emocionales. Es ago que los tíos no entenderán jamás. Ni siquiera Punset.


No voy a descubrirle a nadie nada si digo que la personalidad es algo que nos lleva a sentir más intensamente ciertas cosas o situaciones. Pero no es el único factor determinante. La personalidad nos ayuda a saber quiénes somos, pero existen muchos otros factores que inciden en el comportamiento humano. Es decir, el comportamiento no es una simple consecuencia de instintos o impulsos. Es mucho más. Se puede asegurar que todas y cada una de las acciones que una persona realiza responden a diversos factores. Las chicas sabemos de esto.


Y no quiero referirme al sobadisimo tema de "¿estás en esos días verdad?". No importa que sea verdad. Esa afirmación (casi siempre acompañada de una mirada condescendiente o reprobatoria, depende del momento y del tío en cuestión) casi siempre despierta en nosotras instintos asesinos, así que dejo claro desde ya que ese factor no es del que estoy hablando aquí.
La afectividad es un componente importante de la persona humana. Los componentes afectivos matizan las vivencias de cada persona y las hacen únicas e irrepetibles, incluso para sí mismo. No quiero ponerme empalagosa, pero es que hoy... es uno de esos días. Uno de mis sueños dorados es que alguno de estos días queme cogen atravesada y sentimental a más no poder, me pueda quedar en la cama de un hotel sin salir ni ver a nadie. Ya ves tú, para ser un sueño dorado lo patético que es.


Eliminar las emociones y sentimientos es un error. Con ello empobreceríamos la vida propia y la de los demás. Le estaríamos diciendo "NO" a nuestra naturaleza humana. La afectividad y la emotividad son elementos propios del ser humano, querer eliminarlos es mutilarnos a nosotros mismos. Pero lo importante saber manejarlos. Aquí es donde a veces cojeamos un poco (yo, con las dos piernas). Un incidente con una persiana me ha dejado en este estado, no digo más. Y no es coña (¡ojalá!).


Porque, qué queréis que os diga, no es que yo tenga como meta acabar siendo una estatua griega, pero vaya, que algunas veces termino un poco cansada de este tipo de experiencias emocionales que la dejan a una hecha un trapo, arrastrada por los rincones, y pensando profundidades acerca de la vida que llevamos, si nos comportamos bien o mal, y si somos o no felices con nosotros mismos. Es muy cansado, oye. Esto a Paulo Coelho le da de comer, pero personalmente con un bajoncete al año voy sobrada.


Menos mal que siempre nos quedará la música para acompañarnos en lo más hortera del sentimentalismo en que nos convertimos a veces. Y como muestra, subo aquí un tema de los que mejor describen lo que quiero decir con este post, sin que le suba el azúcar a nadie.

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5 comentarios:

  1. Hija, yo te propongo que publiques a partir de ahora con el nombre de "Cariátide", por aquello de la estatua. Así podemos llamarte Cari.

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  2. Jajaja, ¡me va que ni pintado para hoy!

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  3. No sabes cómo te entiendo. Y la canción, qué buena elección.

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  4. Uf, es verdad que ser una mujer es una montaña rusa de hormonas. Aunque es verdad que sea un tema que jode, es innegable que somos unas esclavas de nuestra química orgánica. Eso nos hace vulnerables en muchas ocasiones... pero, y lo bien que sienta una buena "llorada" de vez en cuando, qué? Eso ellos no lo saben, porque como los hombres no lloran...

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