lunes, 12 de diciembre de 2011

Las revoluciones que vendrán

En realidad el título me ha salido demasiado rotundo, porque nadie sabe lo que vendrá, ni cuándo vendrá, ni de qué manera. Quizá debiera haber sido "¿cuáles son las revoluciones que vendrán?" O mejor, "¿vendrán en este siglo XXI?" No es que yo quiera ninguna revuelta sangrienta, válgame Dios, y menos después de lo que estamos viendo en Siria, con decenas de muertos casi a diario. Pero venir, vendrán. O están llegando. Me refiero a que las sociedades no son entes inamovibles, estáticos, solamente porque nosotros, que nos mantenemos en este mundo, digamos una media de 75 años (y eso en el Primer Mundo, pero no me quiero meter en otras harinas), no percibimos sus movimientos. La historia es algo que nos precede pero también que está ahí para indicarnos qué podría ser lo próximo. Menuda paradoja para ser el primer párrafo, ¿eh?

Las sociedades evolucionan. También involucionan. Que se lo digan a los griegos de Pericles, o a los aztecas de Moctezuma. No siempre vamos hacia delante, pero que nos movemos, eso es seguro. Lo que quiero decir con todo esto es que parece que, según algunos entendidos, nos podríamos encontrar en una etapa pre-revuelta, que no quiero decir tanto como pre-revolucionaria. Los indicadores están ahí: está claro que estamos viviendo cierta calma tensa que podría derivar, dentro de 5, 10, 100 años en quién sabe qué. El pueblo se mueve. En casi todo el mundo. No es de extrañar que después de conocer caso tras caso de contínuos abusos de poder (y éste es otro de los indicadores presentes en nuestra época), haya quien "se tire al monte" y decida que ya está bien. Lo de tirarse al monte es algo que ya han hecho algunos (tercer indicador, no perderse).

Voy a citar solamente algunos de los casos más sonados, pero ¿quién no conoce la Primavera árabe a estas alturas del partido? Solamente son 2 palabras (bien poéticas, además), pero que atañen a una cantidad considerable de países como Egipto, Túnez, Yemen, Arabia Saudí o la ya citada Siria. Qué podemos decir que lo que acaba de ocurrir en Rusia esta misma semana, cansados de la manipulación de un gobierno "adherido" al poder. Otro ejemplo: el movimiento 15M, algo que surgió de manera espontánea y que actualmente mueve a miles de personas de diferentes países de Europa y que tiene una vertiente made in USA con las acampadas de Wall Street. Por cierto, que hay quien afirma que no tienen relación alguna: parece ser que los acampados yankees no sabían de la acampada de Sol y los periodistas norteamericanos lo relacionaban más con la Primavera árabe que hemos comentado. ¿No tenéis la sensación de que, muy despacio, y sin alterar nuestro día a día, algo se está moviendo? No pensemos que porque seguimos yendo a trabajar y porque Unión Fenosa nos sigue cobrando los recibos no esté pasando nada. La Revolución Francesa fue un proceso que duró al rededor de 4 años. Nadie asalta un palacio y decapita a Rey, Iglesia y nobleza, y crea un nuevo Estado de Derecho el mismo día. Es muy cansado.

Porque, ¿qué pueden hacer millones de personas en el mundo cuando lo han perdido todo? ¿Alguien se puede imaginar lo que debe ser estar en la calle sin trabajo, ni ingresos, ni casa, y sólo deudas? ¿Volveríais alguna vez a tener una vida normal, aunque lo recuperáseis todo al día siguiente? En mi opinión, que nadie diga que no lo está viendo: no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y venir, vendrán. Ahora bien, ¿será lo que estamos viviendo el detonante o esto se quedará en pólvora mojada? ¿Serán otros ojos los que lo vean? ¿Cuánto de sostenible es esta situación? ¿Nos acostumbraremos a ella y tiraremos p'alante? Es más, ¿y si realmente llegara a darse el caso, pero al final siguiéramos como estamos? ¿Alguien recuerda a Espartaco? Pues no es sólo una peli, fue una historia real.

La gallina de piel, se me pone de pensarlo...

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2 comentarios:

  1. Recomiendo la novela La Torre del Orgullo, de Bárbara W. Tuchman, donde encuentro ciertos paralelismos en la etapa pre-Primera Guerra Mundial.

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  2. La (R)evolución llegará, esperemos mas pronto que tarde, pero no creo que haya que temer nada. Yo no me encuentro en un caso de pobreza o estoy desesperado por no tener trabajo,pero si hay una revolución tengo la certeza de que no será violenta. Ya sabemos a qué conduce ese camino y también sabemos que existen muchas armas para crear cambio sociales sin necesidad de poner en juego la vida de las personas. Cuando comprendamos que además de exigir cambios, hay que vivir (y hacer) de acuerdo a aquello que exigimos hacia nosotros, cambiaremos la sociedad. Eso sin olvidar la lucha no-violenta y la solidaridad y ayuda entre distintos colectivos que forman la sociedad. Ya me has picado.

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